Según explicaron los autores, este fenómeno está asociado a la presencia de bacterias de color violeta en el agua, que comienzan a multiplicarse en esta época del año. Al mismo tiempo, para florecer necesitan ciertas condiciones, entre ellas la intensidad de la luz y la concentración de azufre en el agua.
Según el director de turismo de Füssen, Stefan Fredlmeier, en Faulenbach todavía hay numerosos estanques y lagos conectados bajo tierra, por lo que se pueden ver estanques de color púrpura en diferentes partes del valle. Sin embargo, su color se desvanece rápidamente y puede desaparecer después de cualquier lluvia, afirmó el experto.
El jefe de la oficina de gestión del agua de Kempten, Karl Schindel, también aclaró que las bacterias violetas son inofensivas para los humanos.
