Poco después de la formación del Sistema Solar, cuatro gigantes gaseosos migraron a sus órbitas actuales en un evento importante conocido como “inestabilidad dinámica de los planetas gigantes”. Aunque la cronología de este evento ha sido controvertida hasta ahora, una nueva investigación sugiere que ocurrió entre 60 y 100 millones de años después del nacimiento del sistema solar. Este momento coincide con el impacto gigante que condujo a la formación de la Luna, lo que sugiere la posible participación de gigantes gaseosos (principalmente Júpiter). Al principio de la formación del sistema solar, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno (los cuatro gigantes gaseosos) tenían órbitas más circulares y compactas que las actuales y, por lo tanto, estaban más cerca entre sí. Poco después, un evento de inestabilidad importante interrumpió estas órbitas y las órbitas de los planetesimales (pequeños cuerpos en el disco protoplanetario que potencialmente podrían fusionarse para formar planetas) a su alrededor, lo que provocó que Saturno, Urano y Neptuno migraran fuera del sistema solar y Júpiter. interior. Propuesta en 2005 por un grupo de investigadores franceses y denominada “Modelo de Niza”, esta teoría sugiere, en parte, que un evento conocido como “inestabilidad dinámica de los planetas gigantes” condujo a su migración a sus ubicaciones actuales. Sin embargo, aunque la teoría es ampliamente aceptada por la comunidad científica, su cronología exacta es un tema de debate.
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Espacio
Descubrimiento de un planeta con dos soles en la zona habitable
Un equipo de astrónomos y científicos ciudadanos hizo recientemente un descubrimiento sorprendente: un planeta en la zona habitable de un sistema estelar inusual. Este sistema de dos estrellas proporciona un terreno fértil para estudiar la formación y estabilidad de planetas en entornos desafiantes. El planeta TOI 4633 c, de tamaño similar a Neptuno, fue descubierto mediante el método del tránsito. Este método implica observar un planeta cuando pasa frente a su estrella anfitriona, lo que hace que el brillo de la estrella se atenúe temporalmente. Esta disminución del brillo, comparable a un eclipse solar en la Tierra, permite a los investigadores determinar el tamaño del objeto. TOI 4633 c completa una órbita alrededor de su estrella en unos 272 días, lo que lo convierte en un planeta con una órbita relativamente larga.
Observaciones posteriores revelaron otras características interesantes de este sistema. Además del planeta recién descubierto, contiene un segundo planeta no confirmado con una órbita de 34 días, así como otra estrella. Estas características únicas proporcionan datos valiosos para comprender la formación y estabilidad de los planetas en sistemas binarios.
Científicos ciudadanos han descubierto más de 1.000 asteroides en imágenes del Hubble
El Telescopio Espacial Hubble vuelve a sorprender a la comunidad científica por su utilidad para descubrir nuevos objetos espaciales. Al investigar los datos archivados de los telescopios, los astrónomos de la ESA han identificado más de 1.000 rocas espaciales en el sistema solar previamente no documentadas como parte de un programa de participación pública. Durante esta “búsqueda del tesoro” se analizaron 37.000 imágenes almacenadas en el archivo durante 19 años. Para lograr este objetivo, voluntarios conocidos como “científicos ciudadanos” han unido fuerzas con astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA). Unieron fuerzas e identificaron asteroides utilizando un algoritmo de aprendizaje automático. Este nuevo enfoque se puede utilizar en otros proyectos de investigación para analizar rápidamente datos enormes que abarcan varias décadas. Hacia una mejor comprensión de la evolución del cinturón principal de asteroides El cinturón principal de asteroides, situado entre Marte y Júpiter, contiene varios millones de asteroides de todos los tamaños. En el centro de este cinturón, situado a unas 2,7 unidades astronómicas (UA) del Sol, las colisiones entre rocas espaciales producen nuevos fragmentos más pequeños, según la hipótesis aceptada.
Descubrimiento de un planeta errante con una masa de 10 masas terrestres
Mundos no asociados con una estrella Los planetas rebeldes son objetos celestes intrigantes. A diferencia de los planetas normales que orbitan alrededor de una estrella, estos mundos solitarios deambulan por el espacio interestelar sin estar gravitacionalmente ligados a ninguna estrella en particular.
La existencia de estos misteriosos objetos contradice las ideas generalmente aceptadas sobre los sistemas planetarios. Su presencia plantea muchas preguntas sobre su origen, historia y papel en la dinámica cósmica. Al estudiarlos, los astrónomos pueden ampliar los límites de nuestra comprensión del universo y abrir nuevas perspectivas sobre la diversidad de mundos que habitan la galaxia. El problema es que estos planetas, fríos e invisibles, a menudo se mezclan con el paisaje celeste, lo que los hace extremadamente difíciles de detectar para los astrónomos porque prácticamente no reflejan luz. Sin embargo, una técnica innovadora llamada microlente puede proporcionar información valiosa sobre estos misteriosos objetos espaciales.
El exoplaneta K2-18b puede ser el planeta con más probabilidades de albergar vida
En septiembre pasado, la NASA anunció el descubrimiento de K2-18b, un exoplaneta subneptuniano que contiene no sólo abundante dióxido de carbono y metano, sino también trazas de sulfuro de dimetilo (DMS). El sulfuro de dimetilo, producido exclusivamente por formas de vida terrestres, podría situar al exoplaneta en lo más alto de la lista de los lugares más prometedores para la vida extraterrestre, hasta donde sabemos. Ubicado aproximadamente a 120 años luz de la Tierra, K2-18b es un exoplaneta subneptuniano (8,6 veces la masa de la Tierra) que orbita una estrella enana fría en la constelación de Leo. La ausencia de planetas similares en el sistema solar hace que las características de este tipo de exoplanetas sean particularmente poco conocidas. La naturaleza de sus atmósferas ha sido objeto de debate durante varias décadas. Se ha sugerido que los subneptunos, incluido K2-18b, pueden ser exoplanetas Hyan, es decir, cubiertos por un océano líquido y con una atmósfera rica en hidrógeno. Dadas estas características, los astrónomos consideran que estos exoplanetas son objetivos prometedores para la búsqueda de vida extraterrestre, sin mencionar que los subneptunos son los exoplanetas más comunes en la galaxia.
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