“Aún no se puede descartar que el iceberg A23a pueda permanecer en el sistema Weddell Gyre, en cuyo caso su vida se prolongará durante varios años más”, señalaron los científicos.
En 1986, el Iceberg A23a se desprendió del borde exterior de la plataforma de hielo Filchner y permaneció encallado en el centro del Mar de Weddell durante más de 30 años. Pero en la primavera de 2023 comenzó una deriva activa hacia el borde del hielo, complementa. Avanzando a lo largo de la costa de la Península Antártica, el bloque recorrió un camino de unos 2 mil kilómetros.
A mediados de julio se informó que el iceberg A23a comenzó a desplazarse hacia la Antártida a una velocidad de 150 km por mes. Luego, la AARI señaló que cualquier iceberg representa un peligro potencial para la pesca comercial y los buques de suministro. Sin embargo, debido a su tamaño, el A23a se reconoce fácilmente desde los satélites y los sistemas de barcos modernos pueden detectarlo a larga distancia.
